Los días 2 y 3 de octubre tuvimos nuestro último encuentro anual de formación. Queriendo seguir la línea de nuestros fundadores en la práctica del discernimiento en nuestra vida y en el diario caminar, ahondamos justamente en la importancia, profundidad y complejidad del discernimiento, bajo el lema Discernir: un estilo para vivir, una gracia para pedir. Ana María desde su experiencia y lo compartido en todos estos años con nosotras en la formación, fue quién nos acompañó en el tema. Fueron dos días no sólo de formación en lo humano y espiritual sino también desde la vivencia de cada una, de cómo el Espíritu de Dios va haciendo en nuestra vida cuando dejamos que él sea el que sople y buscamos con VERDAD su voluntad en nuestras decisiones y proyectos.
Fue muy lindo redescubrirnos como mujeres en búsquedas, mujeres de deseos. Grandes padres espirituales han iluminado cada charla, cada espacio compartido.
Queremos darle gracias a Ana María por todos estos años compartidos, por lo que en ellos nos ha brindado. Su acompañamiento, su acogida, sus gestos. Gracias Ana por tu vida, por tu vocación y por tu sí generoso siempre para Dios.
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