El lema de la Jornada de la Vida Consagrada de este año aborda dos temas fundamentales: nueva evangelización y vocaciones. ¿Qué puede aportar la Vida Religiosa a la llamada del Santo Padre a la nueva evangelización?
El Papa Benedicto XVI ha exhortado a los consagrados y consagradas a fortalecer la fe, esperanza y caridad que les une a Dios y a ser testigos "creíbles" del Evangelio ante el mundo de hoy, durante la oración de las vísperas celebrada este jueves en la Basílica de San Pedro, con motivo de la celebración de la XVI Jornada de la Vida Consagrada.
En la homilía ha recordado a su predecesor, el beato Juan Pablo II, que instituyó en 1997 esta jornada que busca "responder sobre todo a la exigencia de alabar y agradecer al Señor el don de este estado de vida (la consagrada), que pertenece a la santidad de la Iglesia".
Así, Benedicto XVI ha invitado a los religiosos presentes a "renovar los propósitos y a reavivar los sentimientos que inspiran su donación al Señor", llamada que, según ha subrayado, debe renovarse cada día.
Sobre los tres votos que cada religioso asume el día de su consagración, el Pontífice ha evocado el episodio evangélico de la presentación de Jesús al templo, 40 días después de su nacimiento. Este momento, según ha explicado, simboliza "la donación de la propia vida por parte de los que han sido llamados a presentar nuevamente en la Iglesia y en el mundo, mediante los consejos evangélicos, los rasgos característicos de Jesús, casto, pobre y obediente".
Al finalizar, ha invitado a los presentes a vivir el Año de la fe, que se celebra este año 2012 con motivo del cincuenta aniversario del Concilio Vaticano II, como un "tiempo favorable de renovación interior, de la cual siempre se advierte la necesidad de una profundización de los valores esenciales y de las exigencias de la propia consagración".
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