Damos gracias a Dios a toda hora por ustedes, hermanos amados por el Señor. (Tes.) Me uno a las palabras de San Pablo para agradecer a cada una, los mensajes de cercanía y sintonía fraterna en un momento doloroso que atravesó mi familia a causa de un accidente de tránsito que provocó la muerte de mi sobrino.
En verdad, no tengo palabras para agradecerles. Ayer leyendo unos párrafos de Vida Fraterna en Comunidad me acordé de ustedes. Dice: "El amor de Cristo, derramado en nuestros corazones, nos impulsa a amar a los hermanos hasta asumir sus debilidades, sus problemas, sus dificultades..." Y, justamente eso es lo que ustedes manifestaron. Les agradezco profundamente junto con toda mi familia. GRACIAS desde el corazón. Lucía
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