ADVIENTO…
UNA ESPERANZA QUE NO MUERE
INVITADOS A VIVIR EL ADVIENTO PREPARÁNDONOS PARALA NAVIDAD Y EL SEGUNDO MOMENTO DE LA MISIÓN PARROQUIAL EN EL MES DE DICIEMBRE
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Comenzaron, procurando el silencio y la quietud
interior, a la luz y en presencia del Señor,con la ORACIÓN DE LA MAÑANA basada
en el Salmo 97 (Salmo real y mesiánico) y, en el texto evangélico de Lc 12,
35-40
Los signos que acompañaron la jornada fueron:
La Palabra de Dios: “Ella estaba en el principio con Dios. Todo se
hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe...”
La Luz: “La palabra era la LUZ de los hombres, y la luz brilla en
las tinieblas y las tinieblas no la vencieron…”
La TIERRA: “Vino a su casa, a su tierra, y los suyos no la
recibieron. Pero a los que la recibieron les dio el poder de hacerse hijos de
Dios”.
IMAGEN DEL NIÑO JESUS: “y la Palabra se hizo carne y puso su morada
entre nosotros…”
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El segundo momento fue de reflexión personal
sobre el Salmo mesiánico, debían tener como trasfondo a Jesús… el que regirá con justicia, defenderá a los
humildes, socorrerá al pobre, quebrantará al explotador y salvará al pobre que
pide auxilio, para ello debían preguntarse: ¿En qué momentos de la vida de Jesús encontramos estas acciones?...Cómo las vivimos nosotros?
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Tercer momento: Con un Power quedaron motivados para
reflexionar sobre las dos grandes figuras del Adviento: MARÍA MUJER DE FE Y
ESPERANZA y JUAN BAUTISTA que pide
CONVERSIÓN: “Preparad el camino
del Señor”. Interiorizaron… y fue para ellos como un grito, un susurro, una
alarma que sonó dentro del corazón llamándolos a romper, dejar, aceptar,
callar, gritar, comenzar… Se sintieron llamados a salir de las tinieblas a la
LUZ.
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Y fue el gesto que realizaron a continuación:
Como pueblo peregrino en tinieblas, caminaron, y como él experimentaron en este
caminar la oscuridad. Vendados los ojos caminaban vacilantes… De esta
experiencia, al compartir, decían:“sentíamos
la inseguridad, el miedo… desorientados caminábamos defendiéndonos del otro o
de lo que imaginábamos se ponía delante nuestro.
Sentimos
seguridad cuando un hermano
nos tomó de la mano para conducirnos y un gran gozo cuando retornó la luz. El
pecado es oscuridad, Cristo es nuestra LUZ”.
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Con estas sensaciones fueron ante el Santísimo y
durante una hora de oración reconocieron sus oscuridades interiores: faltas de
fe, de esperanza y de amor… y dieron gracias a Dios porque se sintieron invitados nuevamente a caminar en su luz.
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El envío misionero que hizo nuestro Párroco
entregándonos, la estrella y la luz fueron los signos y expresión de lo que
debemos ser y realizar. En este Adviento, preparar el camino y trasmitir el
gozo de vivir en la LUZ verdadera que es Cristo. Esta será nuestra MISIÓN.
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