Desde el día en que se supo que ya Ana María podía viajar y tenía su pasaje en mano, se fueron sucediendo una serie ininterrumpida de despedidas…
Ana María, ha estado destinada en Pinahis, algo más de tres años. A lo largo de este tiempo su trabajo apostólico ha sido un incansable trabajo de hormiga… Siguiendo lo que Jesús dice en el Evangelio a sus discípulos “vayan de casa en casa…”, ella siguiendo ese consejo-mandato de Jesús, visitó prácticamente a todas las familias del Barrio Bonilauri, comunidad de Santa Rita de Casia, cuando nuestro trabajo fue en la Parroquia Nuestra Señora de la Salud y, desde que trabajamos en la de Nuestra Señora de la Luz, se abocó al mismo trabajo en el Barrio de Vila Unión, comunidad de San Antonio María Claret…
Además de estas visitas, partiendo desde la Pastoral de los niños y visitas a enfermos, también participó activamente en las Pastorales Social, de la sobriedad, grupos de oración-reflexión y en las CEBes.
En todas partes Ana María ha sido muy valorada y querida por su sencillez, cercanía y alegría. Como dijeran en la Capilla de S. A. Ma. Claret, “su presencia nos acercó más Jesús…. La recordamos siempre caminando por nuestro barrio y yendo de casa en casa… Ella por su parte les recordó que no se olvidaran de los pobres de la orilla de río… En la pastoral de la Sobriedad, también le repitieron que su presencia había sido muy valiosa para todos.
Y, es que a pesar de que Ana María no sabía muy bien el portugués, habló siempre un lenguaje que todos entendieron…, el “lenguaje del amor”.
GRACIAS, Ana María por tu presencia y paso por Pinhais, por nuestra comunidad que va a sentir tu ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario